jueves, 21 de febrero de 2013

Repeticiones e Innovaciones

Cada acción que realizamos a lo largo del día, la hemos repetido una, mil, o incluso un millón de veces, o puede incluso, que sea la primera vez que lo hacemos. Sea como sea, es interesante observar cómo, este hecho determina de manera notable la realización del acto. No nos gusta demasiado probar nuevas cosas aunque es cierto que a todos nos gusta divertirnos y tratar de innovar, ocurre que cierta resistencia aparece en nosotros; ya sea en forma de nervios, de exaltación o de concentración, nuestra conciencia pasa a poner todas sus capacidades  al servicio de esta realización, el momento capta toda su atención. Asimismo, cuando la experiencia ha sido repetida en muchas ocasiones, los actos se tornan mas mecánicos y pasan a ser rutinas habituales del inconsciente. 

Analizando todo esto, reparamos en que tendemos a recorrer el camino de menor resistencia, nos gusta vivir dentro de nuestra zona de seguridad, saltando de hábito a hábito, mientras pensamos en otras cosas y seguramente estemos en otro lugar (recordando/reviviendo problemas del trabajo, de casa...), las rutinas son nuestro pan de cada día. Ademas, sabemos que casi el 95% de nuestras acciones son subconscientes por lo que luchar por lo que conscientemente queremos, puede resultar difícil . Salir de la colección de acciones de tu mente y llevarla a realizar nuevas ejercicios, de alguna manera, rompe los hábitos y nos pone a prueba, haciendo que tengamos que padecer estas experiencias (que como hábitos pasarían casi inadvertidas).

Pero ¿dónde queda nuestra libertad,  nuestra capacidad de elección? por muy difícil que parezca el camino,  nuestro libre albedrío se dibuja atravesado por la adicción a una sutil ignorancia hacia el presente, donde luchar por las metas que con tanto ahínco construimos es luchar por el sufrimiento propio, de sentir, vivir y padecer cada uno de las elecciones que hacemos. Así pues, dibujar mi camino es luchar contra mi propio acomodamiento, mi propia naturaleza y estructura, preparada para adaptar el entorno e idealmente vivir totalmente acomodado.

Creo que en fondo de este hecho encontramos una tensión biológica esencial:  a través de nuestra evolución reconocemos que nuestra naturaleza es permanecer en crecimiento, por lo que nuestro sistema de protección es para usos concretos y excepcionales en los que la vida se encuentra en peligro (somos adaptativos, no adaptantes, no necesitamos vivir en alerta constante). Y es que no se puede estar defendiéndose y creciendo al mismo tiempo. solo rompiendo la amenaza y el miedo conseguimos poder soñar. Soñar con el futuro y contar con un lienzo en el que poder dibujar.


Las cosas comienzan para afuera como esperanzas y terminan elevándonos hechas hábito.
Lillian Hellman

Puede que Ivan Pavlov haya arrojado algo de luz al tema de los hábitos. Trabajando con perros Pavlov nos demuestra con sencillez, la manera de desafiar nuestro reto, que seria romper esta tendencia natural a caer en la rutina, de esquivar el miedo a lo desconocido y movernos dentro de nuestra zona de confort. La clave esta en el CONDICIONAMIENTO: su experimento con canes no fue otro que dar de comer y hacer sonar una campana al tiempo. Una vez convertido en hábito este acto a base de repeticiones, demostró que aun quitando la comida, si sonaba la campana  el perro respondia ante el estimulo de igual manera que si estuviese la comida: había conseguido acondicionar al perro para que la respuesta ante los dos estímulos fuera la misma. Fijémonos en que había conseguido un estimulo muy favorable con una campana (producía la misma expectativa que si fuera comida), por lo que nosotros podríamos hacerlo de igual manera. aun estando estructurado para caer en el camino fácil  puedo condicionar las metas que persigo y generar expectativas positivas e incluso una gratificante experiencia. 

Así, tomamos nuestra estructura, nuestra capacidad y la ponemos a nuestro servicio, a trabajar en las metas y sueños tejidas por nosotros mismos; un entramado en el que se unen nuestra inercia y nuestra consciencia. 

Si queremos empezar un nuevo hábito saludable, por ejemplo, salir a correr por las mañanas, según lo comentado en los primeros párrafos puedo imaginar que voy a tener que enfrentarme al frio de la mañana haciendo crujir el cuerpo, a las entumecidas piernas perezosas, al cansancio y a la falta de costumbre. sin embargo, yo sé que levantarme por las mañanas a hacer ejercicio es una manera perfecta de empezar el dia, de despejarme, de tomar un momento para mi antes de enfrentarme a la casa y la oficina. Sé que aunque mi cabeza los sepa mi cuerpo no se va a convencer. Así pues, aprendo de Pavlov e intento condicionar este acto. mi nueva rutina así, consistió en (algo que me guste y a lo que mi cuerpo se habitue y reclame) añadir un baño de burbujas (a mi personalmente me encanta) a mi rutina. Ahora, ayudada por mi "mono" al baño, salgo a correr contenta, y mis expectativas ante el footing (mi campana) son las mismas que para  empezar la marcha por las mañanas. De hecho, e vinculado tan facilmente ambas, que incluso mientras preparo las zapatillas estoy sonriendo. 

lunes, 18 de febrero de 2013

el vaivén del ir y venir

"No busques fuera ( lo que solo encontrarás dentro), date la vuelta y explora tu ser, porque en el ser interior yace la verdad."
San Agustin

Atropellada y atrapada en la vorágine de la vida diaria demasiadas veces he de recordarme que parar y respirar es necesario; por ello intento meditar un rato cada día, o dejar fluir mis pensamientos mientras nado en la piscina... Es algo tan vital, -perderse en uno mismo, revolverse a mirar, olvidar y mirar como si fueran estrellas fugaces el ir y venir pulsante de las emociones y los pensamientos- ¡no entiendo como podemos pasarlo por alto con tanta facilidad!.