Muchas veces nosotros mismos nos negamos la vida, que arrastrada por el tiempo corre impasible mientras dejamos escapar millones de oportunidades por la propia perspectiva a la que anclamos nuestras miradas. A cada paso millones de caminos se dibujan bajo tus pies, y sin embargo, tiemblas como una hoja sobrepasado por cada salto, cada elección. Como si hubiese manera de equivocarse. Solo cuentas con tiempo y espacio, la existencia en tus manos, todas las opciones y la absoluta capacidad para materializarlos. Y tú, juzgando el mundo, límitando la realidad a tu horizonte; das vida a tu propia injusticia. Permítete la vida a ti mismo, regálate grandes sueños y trabaja duro por hacerlos realidad. Olvida el miedo al propio poder, disuelve el peso de las responsabilidades, leva anclas y vuela libre por esta vida que se te a regalado. Cuídate mucho, solo así podrán cuidarte los demás. ¡No dejes de celebrarte cada día, y dí Sí a la vida!